El jueves 24 partimos para el Parque Kruger. El Kruger es el parque nacional más grande de Sudáfrica, con un área de tamaño similar a Israel o Eslovenia. Nos encontramos con nuestro guía, Simon, en el aeropuerto de JNB, y de ahí partimos en combi hacia el parque. El viaje es largo, 5 horas y pico parando dos veces en la ruta: una en un parador para baño y café y la otra en un hipermercado a las afueras de Nelspruit en la que también aprovechamos para comprar algo para almorzar. Justo antes de llegar al parque paramos en un hotel-resort donde cambiamos el minibus por la pickup abierta y con asientitos atrás para poder haer los avistamientos, y de paso comimos lo que habíamos comprado.Llegados al parque y habiéndose encargado Simon del check-in, seguimos de largo en dirección al río para avistar animales. Lo primero que vimos fueron impalas; son los antílopes más numerosos del Kruger, como pudimos darnos cuenta enseguida, y antes de que terminara la jornada ya lempezamos a pasarlos de largo, salvo que estén muy cerca y posando para la foto o tengan alguna particularidad digna de ser observada. Miento, en realidad lo primerísimo que vimos fue un giant kingfisher (un tipo de martín pescador) a la entrada del parque, y un hipopótamo a lo lejos, en el río, casi sumergido por completo como les gusta a ellos. También podría decir que lo primero que vimos, en realidad, fueron los monos del hotel que se desilusionaron cuando no encontraron nada comestible en el tacho de basura después de que descartamos los restos del almuerzo. Pero para el propósito de esta entrada, voy a ceñirme a los animalitos del parque.
En esa primera recorrida vimos jirafas, elefantes -con bebés!- kudus, babirusas, babuinos -con más bebés!- mangostas, un búfalo a lo lejos, y por supuesto montañas de pájaros y pajarracos de distinto tamaño y -mucho- color. Cuando llegábamos de vuelta al campamento vimos un impala muerto en la rama de un árbol: señal de que lo cazó un leopardo. El leopardo no estaba, cosa normal. Se aprovechan de su habilidad, única entre los depredadores africanos, para trepar un árbol cargando una presa tan grande y pesada como ellos mismos, y la dejan ahí para comérsela más tarde cuando les venga bien. Nadie se las toca, porque la altura la proteje de los carroñeros terrestres, y la copa del árbol la protege de los buitres. Al entrar al campamento, dos babirusas peleándose en uno de los canteros. Para ser un animal con una pinta tan poco simpática, la pelea era de lo más caballeresca, más como un combate de sumo que de uno de box.
El campamento donde estamos, Skukuza, es el más grande del parque. Tiene zona de picnic para los visitantes diurnos, zona de acampada, zona de bungalows, los correspondientes restaurant, proveeduría y tienda de souvenirs, estación de servicio, y edificios varios de la administración del parque. A las 5 y media de la tarde es el toque de queda. Los visitantes diurnos para su casita, y los que pernoctamos en el parque, dentro del campamento. A las 6 ya es de noche cerrada -acá está empezando el "invierno", como en Buenos Aires- para alegría de Nacho ya que el cielo es es-pec-ta-cu-lar.
Nosotros estamos los dos en un bungalow. Éstos son redondos, de material, techo de paja tipo quincho, con dos camas de una plaza, baño con ducha, placard, aire acondicionado -que obvio en esta época no hace falta- y tela mosquitera en todas las aberturas. En la galería están la kitchenet y la heladera, y al frente una parrilla. Sencillos pero muy limpios y bien equipados. Toda la infraestructura turística del parque está impecable.
Simon también se encarga de la comida, así que a pesar de estar en un tour organizado tenemos comida sudafricana casera. La primera noche cenamos un salteado de pollo con verduras, con ensalada y arroz blanco; y de postre una especie de tarta de natillas con canela, muy rica. Después de la cena Nacho se fue a ver las estrellas, yo me duché, y nos fuimos todos a dormir temprano, porque al otro día tocaba madrugar.
Día 2
Días 3 y 4
Cumpliste un sueño mío!!
ResponderBorrarIr a un safari park!
Qué hermosura, me encantó! Qué suerte tuviste de ir!
Qué divertido, como en las películas, con el servidor que hace de chofer y cocinero. Bwana, a sus órdenes!
ResponderBorrarVeo que los animales no te escatimaron ni sus bebés, bien.