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18.3.12

Melancolicoso: Vuelve el perro arrepentido...

...con sus miradas tan tiernas,
con el hocico partido,
con el rabo entre las piernas.

Además de Juan, del último viaje a Baires me traje a Berni. A Berni me lo regaló mi papá cuando todavía vivíamos en el Pasaje. Berni es un cachorrito de San Bernardo, y originalmente venía con su barrilito al cuello.

En la panza tiene el receptáculo para las pilas, 2 medianas, y en la nuca la tira para prenderlo, con un enganche para una correíta que también traía de fábrica y que luego fue reemplazada por varias otras.
Con un tirón de la correíta, Berni caminaba moviendo la cabecita de lado a lado. Con otro, paraba. Con otro, ladraba agitando la colita. Con otro, paraba. Con otro, vuelta a caminar. No era multitasking.
Una vez se le rompió la tapa de la panza, donde van las pilas. Entonces le hice una capita/faja que le sostuviera la tapita en su lugar, para que pudiera seguir andando y ladrando. La tela era de un pantalón que yo tenía.
Al otro día de llegar de Buenos Aires le compré pilas, pero ya no andó.
Lo que tiene Berni de genial, que no lo he visto nunca en ningún otro muñeco, es que la nariz no es de plástico sino de metal, entonces se siente fría como una nariz de perrito de verdad.

2 comentarios:

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