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18.10.11

Variadito bávaro

Esta semana aprovechando que Nacho iba al concierto que Kraftwerk daba en München el jueves a la medianoche, por lo que se tomó el viernes libre, paseamos un poquito por Baviera: aparte de la obligada vuelta al perro en la capital visitamos Regensburg, cuyo centro antiguo es patrimonio de la Unesco.  Comentarios varios a la escapada:

La Maldición de la Papelería de Nymphenburg:
En el acceso sur al castillo de Nymphenburg hay una papelería muy monona, pero las dos veces que fui estaba cerrada pues era fuera de horario-de-papelería-de-barrio. Esta vez me molesté en ir hasta allá en horario comercial y día de semana. Estaba cerrado, sin cartel alguno a la vista aunque la vidriera estaba iluminada. Me tomé un café y un muffin en una panadería biyuyona de la esquina, pensando que a lo mejor quien atiende tuvo que ir a cagar, que se yo. Pero después de mi merienda seguía cerrada. Misterio.

¿Con qué los alimentan?
También en Nymphenburg, en el canal que discurre entre los accesos, hay aves acuáticas y peces. Esto no es raro, ocurre en todo cuerpo de agua por estos lares. Lo que me dejó patidifusa fue el tamaño de los peces, cada uno de los cuales puede tranquilamente proveer un principal para seis personas. Miren las foto junto a los patos porque es de no creer. No sé que mierda les dan de comer... y no sé si quiero saberlo!

(las fotos no son muy buenas porque las hice con el celu desde arriba del puente, pero los patos son ánades adultos)

El tren de la Muerrrte
Después de nuestra rica cena bayerisch en la tipiquísima Hofbräuhaus, tomamos el S-Bahn de vuelta hacia el hotel, que estaba cerca de donde era el concierto. Y resulta que de las varias líneas que nos acercaban, acertó a pasar una cuya estación cabecera es... Dachau. O sea, no da muy lindo rollo montarse a un tren en cuyo frente brilla un hermoso cartel que pone... Dachau. Digo, Alemania, con tanta culpa colectiva por el holocausto, ¿no podían mover la cabecera una estación?

Morir Feliz
En mi paseo por el centro de München no pude de dejar de pasar (y dejar unos cuantos euros) en Kaut-Bullinger. Esta papelería, a una cuadra de Marienplatz, tiene CINCO niveles, señoras y señores. CINCO: planta baja, dos pisos y dos subsuelos llenos de papelería fina, de oficina, escolar, artística, elementos para manualidades de la más amplia variedad, lapiceras, regalos... En un momento tuve la plena conciencia de que si me caía muerta ahí mismo, habría muerto feliz.

Regensburg = Cute Overload!
No sólo tiene Regensburg un precioso casco antiguo de lo más pintoresco, con excelentes exponentes góticos: también tiene una cantidad importante de negocios supermononos llenos de cosas divinas incluyendo papeles de carta, por supu o no lo estaría comentando. También bares y restaurantes muy coquetos (recomendamos especialmente la pizzeria Da Tino, un hallazgo!). Y para completarla, me crucé con más de un perro hermoso y supersimpático.

1 comentario:

  1. Por lo que veo, unos días de total disfrute nurístico, entre peces y patos, papeles y lapiceras, cafés y muffins, restaurantes y pizzerías. Qué lindo!

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