Las 'fichus' marcaron nuestro paso por la primaria. Cada año salía una colección nueva - o varias, aunque una siempre llevaba la delantera. Los sobrecitos traían 3 ó 4 figuritas y salían muy baratos, no recuerdo cuanto, pero era normal comprarse de 3 a 5 por día y, si una había ligado plata extra, comprarse 10 de golpe era todo un placer.
A medida que el álbum se iba llenando, las repetidas se acumulaban, a veces en pilas tan altas que apenas podíamos manejarlas con nuestras manitos de infante. Llegado cierto punto, hacíamos uso de la "trampa" que las editoras (Cromolandia, Ultrafigus, Cromy et al) ponían a disposición del coleccionista, para llenar el álbum: Se trataba de enviar a la editora la lista de figus que faltaban, junto con un cheque o giro postal por el importe total. En este caso, cada figurita faltante se cobraba al precio de un sobrecito, cosa que en su momento me parecia carísimo pero tiene su lógica: si te faltaban por ejemplo cinco, fijo que ibas a tener que comprarte más de cinco sobrecitos para completar el álbum. Y es que por más que las editoras aseguraran que todas las figus se inprimían en igual cantidad, siempre había alguna que te faltaba a vos y a todas tus amigas.
Mi primer álbum de figuritas fue el de Sarah Kay, en el '82. Constaba de cerca de 200 figus (no llegaba) y la ultimas 50 o así eran autoadhesivas. Estaba dividido por temas: los juegos, la casa, navidad, el amor... Los dibujos de Sarah Kay son una belleza por donde se los mire. Las nenas de Sarah Kay juegan, estudian, trabajan o se enamoran sin perder nunca la inocencia y la alegría de vivir.
Al año siguiente le tocó a Frutillitas. Nada sabíamos de este personaje: sólo que era linda y que estaba en las figuritas. Sólo mucho tiempo después atiné a ver por cable los dibujitos originales. Ahí me desayuné que su nombre original era Strawberry Shortcake (que me parecía y me sigue pareciendo una cagada). Los dibujitos, una garcha. Pero el merchandising se la bancaba. Las fichus tenían perfume de frutilla (en realidad un olor dulzón indeterminado). Un año después, en el 84, salió el 2do álbum de frutillitas, que también junté. Las fichus con el borde de puntitos más chiquitos corresponden a este último.
Paralelamente, mi hermanito, a la sazón un niñito de jardín, juntó el álbum de Snoopy. Este también tenía parte de las figus adhesivas.
En el 85 salió un tercer álbum de Frutillitas, pero no tuvo éxito, no sé bien por qué, pero lo cierto es que ni yo ni mis compañeritas lo juntamos. En el 86 le tocó el turno a los Ositos Cariñosos, otra caterva de personajes super lindos que eran mejor en fichus que en el dibujito original. Lo más curioso es que nos enganchábamos a juntar estas figus sin conocer dichos originales, solo porque eran lindas. Creo que esto habla por sí solo del valor estético de los personajes de entonces. Como los Ositos Cariñosos eran de la misma factoria (American Greetings Co.) que Frutillitas, el álbum incluía una aventuta de esta última en versión "baby". También este álbum fue el primero que vino con figuritas "raspá y olé" que despedían aromas pretendidamente florales o frutales. También incluían algunas figuritas que no eran en realidad parte del álbum, sino stickers con letras decoradas, para poner donde una quisiera.
Al año siguiente, otro personaje-de-álbum-de-figuritas-derivado-de-dibujito-desconocido-y-pedorro: Rainbow Brite. Las figuritas ya venían todas autoadhesivas, y la novedad es que traían algunas troqueladas en colores flúo (lo que se ve rosa choto en la 2da fichu de la foto...). En el espacio libre que dejaba el troquelado, estrellitas flúo para pegar donde una quisiera.
La última colección de fichus que hice, ya casi sola porque el resto de la peña se había vuelto adolescente de golpe, fueron los Wuzzles, en el '88. A estos sí los conocía, eran una serie de dibujitos (buena) de Disney que se emitía junto con los Osos Gummy y las Patoaventuras (otras dos grandes series) en el Club de Mickey, conducido por las Trillizas de Oro. También traía stickers de letras. Es el único álbum que no llegué a llenar, a pesar de la posibilidad de pedir las figus por correo... Fue el fin de una etapa. Al año siguiente, cuando salió el álbum de unos tal Popples (unos muñecos que se enrollaban en sí mismos), ya no le veía sentido a esos personajes raros de los que no había oído hablar en mi vida.
Paralelamente mi hermano tuvo sus colecciones de varón: autos, Gobots (que mal llamaban Transformers), Italia '90 y no sé si algún otro, esos son los que recuerdo.
~ Recuerde: Haciendo clic sobre las fotos, se agrandan! ~
Buenísimo!
ResponderBorrarPor alguna razón que desconozco mi Sra. Madre NUNCA me compró figuritas ni álbum...por eso sentía cierta envidia de mis compañeras de colegio que lo hacían. Me acuerdo perfectamente de las figuritas que tenían olor. Y también me acuerdo del olor en general de las figuritas, supongo que producto del pegamento autoadhesivo. Cuando era chica, estaba de moda Sailor Moon...será que sería como el comienzo de un esplendor que nunca se cortó del animé.
Me gustó mucho el post. Besos
Yo no recuerdo en particular haber juntado figuritas. Pero se ve que vos lo disfrutaste. Yo les compraba las de varones a los chicos, y la familia también les regalaban. Y tenía algunas que eran de mamá, de Barcelona, con las que jugábamos. No sabía que alguna vez tuvieron olor las figuritas, me parece horrible.
ResponderBorrarque lindos y que femeninos!
ResponderBorraryo por mi parte sólo coleccionaba papel de cartas y figus de dinosaurios (con mi hermano, el eligió el álbum)
No tenes figuritas de Mi pequeno pony?
ResponderBorrarQue lindos recuerdos, a medida que leía me trasladaba en el tiempo...gracias por ayudarme a rememorar todo aquello. Una reflexión:no existían los celulares, ni el internet, ni la play, ni nada! con qué poco nos divertíamos!!!! no cambio esa infancia por un i-pod ni a palos!!!!
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