5.10.08
Oh lá lá, Paris!
~Recuerde, ¡clicando en las fotos se agrandan!!!~
De Barcelona fuimos a París. Nacho tiene una amiga residiendo allí, con lo cual el alojamiento fue, como en todo el viaje, gratis. En este caso el ahorro en hospedaje se compensó con todo lo demás, ya que París está en el mismo rango desubicado de precios que Venecia o Zurich.
Yo había estado ya 4 veces en Francia, pero nunca había estado en la capital, así que iba con mucha ilu.
El balance es positivo. La ciudad es muy linda, es muy grande, las cuadras son largas, y los puntos de interés muy repartidos, imposible recorrer el centro en una tarde. Lo más lindo sin embargo son los barrios, más tranquilos, hospitalarios e intimistas; con más carácter, más parisinos y menos turistas.
El primer día visitamos la Catedral de Notre Dame. Muy buena. Aprovechamos una visita guiada gratis, con una guía cuyo acento francés superaba todo lo conocido. Lamentablemente no llegamos a tiempo de subir a las torres. De ahí nos fuimos caminando por la orilla del Sena hasta el museo de Orsay, con una colección de pintura moderna fantástica y una circulación de mierda. Me encantó la sala de Art Nouveau. El museo está en una antigua estación de tren, que se han preocupado de reformar de manera que la arquitectura del edificio sea una pieza más de la colección. Después del museo fuimos a lo de Flor, la amiga de Nach, y cenamos con ella, el marido y una amiga en un restaurant indio (de la India).
Al día siguiente arrancamos dando una vuelta por el barrio de Flor, Ménilmontant. Después de almorzar en un garito donde hacen sopitas y juguitos de fruta nos fuimos para el Louvre. Al lado de éste, el museo del Prado es un trastero. Es pantagruélico. Ante las imposibilidad de verlo todo, establecimos prioridades. Antiguo Egipto, Venus de Milo y Victoria de Samotracia (el resto de Grecia, usado de pasillo, nomás); Mesopotamia. Pintores flamencos y holandeses; franceses; la Gioconda, y para terminar los pintores italianos en un suspiro. Acerca de las highlights:
Venus de Milo/Victoria de Samotracia: Supongo que para apreciar las virtudes de estas obras habrá que saber un poco más de arte i de historia del ídem que una servidora. Están muy bien, sí, pero he visto cosas más enteras/lindas.
La Gioconda: mándenle saludos de mi parte. Doña Monalisa se encuentra en un entrante de una pared enorme revestida en madera erguida cual monolito de '2001' en el centro de un salón tamaño gigante. Cubre el hueco donde se expone la pintura un grueso cristal antibalas. De una punta a la otra de la pared se extiende una doble valla en semicírculo de unos 5 metros de radio. En los dos puntos donde el semicírculo se encuentra con la pared hay sendos guardias.
Si la Gioconda fuera tuviera el tamaño de La Ronda Nocturna de Rembrandt, o como mínimo de Las Meninas, todo bien. O si fuera impresionista, que se ven mejor de lejos. Pero el cuadro de marras mide 53x77, o sea, tamaño poster común y corriente, es decir, poco y nada se puede apreciar el genio de Leonardo a tamaña distancia.
Código de Hamurabi: La escritura cuneiforme me fascina porque la mayoría de tablillas que he visto, están escritas con "letra" tan chiquita y tan abigarrada que no puedo entender cómo podían leer lo que habían puesto. El código por lo menos está escrito en piedra, con lo que se evita la deformación que aparece en las tablillas de barro cocido. Me llama la atención que no hayan agarrado una piedra tipo laja para escribirlo, en lugar de ese bodoque tipo tótem, pero bueno, allá ellos.
A la salida estábamos para juntarnos con cucharita, pero caminamos un poco más y pudimos ver la Torre Eiffel iluminada. A la noche, cada hora en punto se le prenden miles de lucecitas onda arbolito de navidad. Un primor. El resto del rato está discretamente iluminada en azul. Al día siguiente fuimos, una paliza total las colas para subir, pero la vista de arriba es impresionante.
Después d ela torre fuimos a Montmartre. Visitamos la basílica del Sacre Coeur y paseamos por las callecitas, muy lindo. Bajamos de nuevo para el centro, vimos el Arco del Triunfo (no subimos) y paseamos por Champs Elisées (donde encontramos un cine en versión original, y ahí nos metimos). Dada la dificultad/improbabilidad de encontrar un lugar donde cenar a precio decente, nos decantamos por merdónals por segunda noche consecutiva.
El domingo se nos presentaba con la tranquilidad de que ya habíamos cubierto todos los puntos álgidos de la ciudad, así que visitamos el Centro Pompidou. Allí hay una muy buena colección de arte moderno; una inevitablemente despareja colección de arte contemporáneo, y expos temporales que no vimos. Todo contenido en uno de los edificios más fieros que jamás he visto. Feo con esmero. De adentro está bien, pero el exterior es una bazofia de cuidado. Ni siquiera "tan feo que es interesante". Es tan feo que una no puede evitar cuestionarse su mera existencia, cómo nadie en la cadena de decisiones que llevaron a su construcción hizo nada para detener semejante edificidio. Ni la escalera mecánica panorámica lo salva.
Luego del Pompidou nos fuimos caminando por las callecitas parisinas hasta lo de Flor, pasando por la plaza de la Bastilla, el canal de Saint Martin, lugares con personalidad y encanto de sobras; y la zona de Belleville, un poco como el Once pero más cosmopolita, con gente de todos los colores y lugares. Juntamos las mochilas, cenamos con Flor en un restaurant muy lindo y nos fuimos a la Gare de L'Est a tomar el tren nocturno de vuelta a Stuttgart. Nos tocó (porque los más baratos estaban ya agotados) litera, así que dormimos considerablemente mejor que en otras ocasiones.
NOTA: Si van a Paris probablemente reciban un planito auspiciado por las Galerías Lafayette. No sé si hay otros ni como sean, pero el planito en cuestion es una garcha. No figuran todas las calles, las estaciones de metro estan marcadas con un sistema maquiavélico y se dobla de forma que las atracciones principales siempre te quedan en un doblez. Están advertidos.
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Preciosas fotos! Quiero ir a París!!!!!
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