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23.11.07

Paren las rotativas: se actualiza el blog!

~ Recuerde: Haciendo clic sobre las fotos, se agrandan! ~
Bueno, esto ya no daba para más. Convengamos que nuestro regreso de Buenos Aires no fue menos movidito que el mes que pasamos allí. Primeramente tuvimos que lidiar con el Viaje de la Muerrrrte (con ribetes casi literales), en el que sólo faltaba José María diciendo es una jodita para Tinelli. Al menos Tinelli siempre les regalaba cosas a las víctimas del Peor Viaje de tu Vida. Como muchos ya sabrán, la odisea comenzó cuando los conchudos de Air France (liberté, egalité, vaganciaté) decidieron hacer huelga y cancelaron nuestro vuelo, sólo consiguiendo después de muchos ruegos embarcar por Lufthansa al dia siguiente, con otra ruta y ya sin la ilusión de la escala larga en París donde íbamos a encontrarnos con Flor, amiga de la infancia de Nacho (a estas alturas, sin la ilusión y punto). Obvio q nos pagaron un hotel bueno en el centro, aunque podríamos haber vuelto a mi casa o lo de mis suegros a dormir, pero ya q la cagaron , que gasten plata en nosotros, no? También nos llevaron en remis al aeropuerto, al otro día. Debo reconocer que el control de pasaportes y equipaje de mano de Ezeiza está bastante bien organizado. En cambio no consigo digerir el sinsentido del reputísimo impuesto aeroportuario, que además de un afano hay que hacer otra cola y pagar después de q uno hizo el check-in, perdiendo tiempo, arruinándote el último momento de tu viaje (o el viaje antes de que empiece) con la sensación de que los 18 dólares que te cobran los hacen un rollito de billetes de 1 y te lo meten en el orto. Es el único aeropuerto de los muchos por los que he pasado donde te piden esto. En Florianópolis se paga en el mismo check-in, en el resto no se paga (a lo mejor está incluido en el precio del pasaje... sería lo lógico). Dios, cómo lo odio. Y sin embargo este párrafo fue la parte buena. Después de embarcar, primer chan de la noche, nos toca al lado de un matrimonio con niñita de año y medio o dos. Mi cara me debe haber vendido pq la madre enseguida me dijo "en un ratito se duerme" y se pasó el vuelo desesperadamente tratando de calmar a la pendeja cada vez q tenía un berrinchito, q por suerte fueron menos de las q esperábamos. Encima la mina era grandota y gorda así q cabía en el asiento justiniano limitando a su vez mi espacio personal (mi posabrazos izquierdo es como si no hubiera existido). Cena deliciosa, postre no tanto. Todo iba normal hasta q saliendo del baño oigo un "si hay un médico a bordo dirigirse al personal de cabina". ¿No era que eso sólo pasa en las películas? Más escenas de thriller pedorro: azafatas caminando apuradas garrafa de oxígeno en mano. Minutos después, el gran chan: aterrizaje de emergencia en Recife por pasajero imbécil q se está poco menos q muriendo a bordo. Si se moría ahí mismo, pensaba yo, a mí no me molestaba viajar con el fiambre hasta Frankfurt. Si al menos el médico hubiera sido House... Juro q a pesar de q busqué y rebusqué en mi corazón, no pude sentir ni un poquito así de compasión por el viejo de mierda q nos cagó el vuelo a todos, y la única razón por la q quería q sobreviviera es q el puto aterrizaje de emergencia sirviera para algo. Conclusión, llegamos a Frankfurt con 3 hs de atraso, "desayuno" servido a las 16 hs de Europa y la mitad del pasaje, servidora incluida, habiendo perdido sus vuelos de conexión. Preguntamos en el mostrador si no nos podían montar en un tren y listo, ya que era más práctico que esperar una hora y media para tomar un vuelo de 45 minutos después del cual teníamos dos horas de tren hasta casa. Pero nos informaron q si queríamos eso ellos nos bajaban las valijas y lo teníamos q pedir a Air France, ya q técnicamente todavía éramos pasajeros de ellos. A riesgo de quedarnos sin el pan y sin la torta, dejamos ese plan de lado. Por suerte esto era Lufthansa y el siguiente vuelo a Stuttgart salió y llegó a horario y nuestras valijas aparecieron por la cinta como si nada. En el mismo hall de retirada de equipaje había una máquina expendedora de boletos de tren, con lo q sacamos boleto mientras esperabamos el equipaje ahorrando tiempo. Q igual perdimos un tren a Crailsheim por 10 minutos, pero bueno, aprovechamos los 50 minutos de espera comiendo tranquilitos en el Burger de la estación de Stuttgart, y llegamos a casa las 00:20 tras 22:30 hs de viaje. De cualquier modo, aquí les dejo algunas fotos de cosas que hice en Buenos Aires y que por diversos motivos no fueron incluidas en el álbum de Mi Amado Esposo. - Alimenté a los pescaditos -pichones de mamut- y otros bichos del Jardín Japonés (typical me) - Visité la Feria de Colectividades de Morón, donde tenía un stand Les Quatre Barres.
- Quise ser sexy... y fracasé. - Fui al dentista y me hizo un tratamiento de conducto.
En el próximo post hablaré sobre nuestra nueva casa (y la paqueta cena que siguió a su estreno para regocijo de mi suegra).

4 comentarios:

  1. Hay Nuri!!! Que foto la del tratamiento de conducto!!!Seguro que la idea fue de Pablo, no?

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  2. Jajaja no! se la pedí yo a Nacho!

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  3. Bueno, ya era hora de que siguieras con tus relatos. Casi al descuido entré, luego de haberlo intentado hace rato, pero sin novedade. Es el relato más completo del puto viaje de regreso. La foto del conducto es lo más!

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  4. que lindo el jardin japones!me hisieron 2 tratamientos de conducto y no se cuandop me ponen el diente =(

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