A favor de los paternalistas amigos sudafricanos, la JAG está en la esquina de una plaza similar a Constitución, con alrededores al tono. La galería funciona en un edificio de principios del s.XX con una ampliación de líneas sesen-setentosas y se nota que el presupuesto es escaso y que hacen las cosas a pulmón. Aun así está todo limpio, la presentación museística es moderna y las obras... wow.
La colección de la JAG es enorme, tanto que según su página web sólo pueden exponer el 10% de la misma. Sin embargo, nollegué a ver ni eso. Y es que todas las salas menos una están copadas con una retrospectiva del Artist Proof Studio, una academia de artes local. Resultó una más que agradable sorpresa ver una muestra de ese tamaño de arte contemporáneo donde la práctica totalidad de las obras NO eran ladris. (clic para agrandar)
La colección de la JAG es enorme, tanto que según su página web sólo pueden exponer el 10% de la misma. Sin embargo, nollegué a ver ni eso. Y es que todas las salas menos una están copadas con una retrospectiva del Artist Proof Studio, una academia de artes local. Resultó una más que agradable sorpresa ver una muestra de ese tamaño de arte contemporáneo donde la práctica totalidad de las obras NO eran ladris. (clic para agrandar)
De las pocas obras de la coleccion permanente que se podían ver, destaco un busto de Rodin, dos miniaturas de Goya, y un Pissarro.
Pero es taaaan insegura!?!? Mirá que a veces los de los hoteles son exagerados. Pero habría que ver en qué zona están. Suerte y ojalá puedas pasear tranqui!
ResponderBorrarCon Rodin y todo! Bueno, parece que pasaste un rato agradable mientras Igna laburaba.
ResponderBorrarCreo que me hubiera gustado ... para la próxima, tal vez
ResponderBorrarAlice: Como comenté en el post anterior, no, seguramente no es tan mala. Pero a diferencia de otros lados, donde te recomiendan el taxi frente a otros mesios de transporte, acá ni siquiera te daban la opción. Era un no muy rotundo, no había ninguna indicación de transporte público o alternativas, y no teníamos a nadie que conociera "el otro lado" para que nos introdujera en la Jozi del mundo real. Seguro que si hubieramos estado en un hostel otra hubiera sido la onda. Pero no se dio, tal vez en otra ocasión.
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