Jo'burg: A room with a view.

Cuando Mi Amado Esposo le dijo a su jefe que había(mos) comprado pasaje para Sudáfrica, el míster le endiñó un business trip para aprovechar la volada. Con lo cual MAE partió para Johannesburg varios días antes de lo originalmente previsto para cumplir con su misión. Anteayer llegué yo. Mañana a la mañana partimos para el Parque Kruger para un safari de 4 días. Entremedio, 3 días en Johannesburgo. Kind of.

Johannesburg, Joburg para los amigos, es una ciudad donde la inseguridad, parece, campa a sus anchas. Barrios cerrados, seguridad privada en todos lados, rejas a rolete, cartelitos en cada local diciendo que la casa se reserva el derecho de admisión, gente que sólo se mueve en auto. Seguro que para el que vive acá (y no en el barrio privado) no es tan así, y cierto es que los que venimos de Buenos Aires sabemos un trecho del tema "no se puede andar por la calle", pero no es lo mismo atravesar las familiares callecitas del conurbano que mandarse de una en un país desconocido, más cuando todos, todos te dicen en un tono que no admite réplica que no te muevas sino en taxi. Con lo cual les hacés caso. Y te quedás con la sensación de que lo mismo que Joburg podrías estar en Mongoburg, porque en realidad no conocés la ciudad. Conocés tu hotel, el supermegashopping al cual tienen transfer gratuito , las tres cuadras de mierda que separan el hotel del megashopping (de verlas por la ventanilla de la combi, nomás), y lo que estés dispuesta a ver gastando fortunas en taxis, carísimos. La comida, en cambio, está bien de precio y es muy buena -merecerá un capítulo aparte, para poder hacerle justicia.

El hotel en donde estamos, en la parte más top de la ciudad -empresa paga- , es un despelote.

Suerte que después del Kruger vamos a Ciudad del Cabo. Esa, parece, es una ciudad normal.