Martes Arte: Street Art

No soy fanática de los graffiti para nada. Acá gracias a Gott no hay pintadas políticas, pero boludos que garabatean su nombre o se mandan un cartel estilo skater con aerosol, de esos sobran. Con los que pintan dibujos estoy más indecisa. Me molesta mucho cuando ensucian paredes de casas o edificios. Querés pintar, todo bien, usá el paredón de un baldío, del tren, pero no la casa de alguien, máxime si es una construcción con cierto valor arquitectónico. Sin embargo, hay algunos graffitis a los que, más allá del escueto me gusta-no me gusta,  hay que reconocerles valor artístico. Otros no son tan inspirados, pero son cute. A veces es un detalle, más que el mural en sí, el que captura la atención.

 Estos dos están cerca de la VHS. El primero me parece muy tierno, una especie de híbrido vaquita de San Antonio-humano, me recuerda un poco a los Inges de Fraggle Rock. El segundo es simplemente un conejito lindo. El letrero amarillo de arriba pone "Prohibido pegar carteles". Podemos alegar, con lógica alemana, que el conejo está pintado, no pegado, y por lo tanto no contraviene la prohibición.

Este estaba en una pared en Hamburg, perdido en el borde de un mural a puro letrerismo skate-oso. Muy lindo tiene que ser un payasito para que no provoque escalofríos, y este es muy monono. Paradójicamente, el cartel que sostiene dice "we are ugly". Not you, sweetie. Not you.

En una esquina de San Telmo. Espectacular este bicho, lástima la ubicación, inapropiada y condenada a desaparecer.

Y cierro con este pajarito triste, en un paredón del S-Bahn cerca de casa. La foto la hice hace un par de meses. ¿Saben por qué está triste el pajarito? Porque cuando volví a pasar el otro día, algún tarado lo profanó con pintadas pelotudas. Con los metros de pared que hay a cada lado, ¿tienen que ir a arruinar el único pedacito agradable a la vista?