16.1.09
Update necesario
Mis Hordas de Fans se quejan, una vez más, de que tengo abandonado el blog, y no les falta razón.
Luego de la oleada de viajes, paseos y salidas de septiembre y octubre del pasado año, noviembre nos encontró en Pampa y la vía, con lo que lo pasamos muuuuy tranqui en que lo más exótico que hicimos fue ir al Museo Mercedes Benz, el día en que era gratis. Recién a final de mes revoleamos (un poquito) la chancleta: fuimos al Museo Técnico de Sinsheim, muuuy bueno, lleno de vehículos de todas las épocas. Como para amenizar tanta nave, aquí y allá había maniquíes con ropa de época al tono del vehículo en cuestión. Me sorprendieron muy gratamente pues el nivel de ropa (sobre todo la más viejita) y el estado de conservación de la misma eran admirables.
Al salir del museo, que nos entretuvo rato largo, fuimos al Mercado Navideño de Heidelberg, que justo empezaba a haberlos. Se impuso el Glühwein de rigor y potingas de feria léase salchichas, flammkuchen, etc. No obstante lo cual cenamos en un merendero estilo yanqui las hamburguesas del cual parecen ser legendarias. Heidelberg es una ciudad muy linda con un centro peatonal impresionante, tenemos que volver para pasearlo bien.
El finde anterior a partir para Buenos Aires fuimos a Frankfurt, ya que cumplía años una amiga. Llegamos temprano y recorrimos el mercado navideño, mayormente eran puestos de comida, así que no nos hicimos rogar y le dimos al Glühwein, salchichas, Kartoffelpuffer con salsa de ajo, y crepes. Después vino la fiesta y al otro día antes de volver pa'l putopueblo visitamos una expo de Magritte.
Tan sólo 4 días después volvíamos a cruzar el Meno para tomar el avión a Buenos Aires. Parece que la crisis le ha llegado a las aerolíneas "de verdad" ya que el servicio de Iberia en esta ocasión estuvo a años luz de lo que solía ser. En el tramo FRA-MAD no nos dieron ni un puto sobrecito de maní, quien quería un refrigerio se lo tenía que comprar, con los habituales precios exhorbitantes de a bordo. Por suerte al llegar a Madrid cenamos con Mai y Andy que nos fueron a ver al aeropuerto. Igual fue cena de Merdónals, porque increíblemente, en una terminal de aeropuerto internacional con vuelos entrando y saliendo las 24 hs, a las 11 de la noche era lo único que estaba abierto (y a las 12 cerró). Suerte, de esa cena en Merdónals, porque la que nos sirvieron depués en el avión era bastante pedorra, y eso que en Iberia yo siempre había comido de diez. Una supuesta ensalada que en realidad era un bodoquito de mayonesa con vaya Dios a saber qué y un trozo de algo que asemejaba Leberwurst pero sabía horrible y más que coronar la pseudoensalada, la escondía (y con buen tino). La pasta eran unos capelettini malcocidos y reblandecidos al mismo tiempo, con salsa insuficiente; el postre era de chocolate y crema pero bien podría haber sido de limón y frutillas, tan desabrido que lo mismo daba. El pan podía usarse como objeto contundente. Lo único bueno era el triangulito de queso untable. El desayuno fue escaso y no menos pedorro.
El pasaje por inmigraciones al llegar a la patria que nos vio nacer haría palidecer a la empleada pública de Gasalla.
Lo siguiente fueron casi 4 semanas de joda, joda y más joda. Visitando amigos/as, familia y paseando un poquito. Una servidora nunca había ido al Tigre, asi que allí fuimos un día con mis suegros. Paseamos en lancha, almorzamos en un bonto recreo, y dimos un toque de glamour visitando el Museo de Arte que funciona en el antiguo Tigre Hotel, edificio diviiino totalmente digno de mi princesitud.
Nochebuena la pasamos en San Telmo, vinieron Papá y Susi también así que estuvimos todos arrejuntaos. A mí me dio por la onda vintage y me estrené un monono vestidito estilo años 20 que me compré cuando estuvimos en Barna. Como no podía ser de otro modo, combiné el modelito con peinado y maquillaje adecuados, previa investigación en Youtube sobre como lograr el estilo flapper (quería linkear el video, pero no sé qué pasó q no está más).
Unos días después tocó nuevo makeover, esta vez para el casamiento de Mavi. Fue la ocasión perfecta para estrenar el glamoroso vestido que me compré hace meses en la liquidación de verano de acá. Los más modernos lo declaran un modelo muy Sex And The City. Sin contradecirlos, a mí, que soy una nostálgica perdida, lo primero que me gritó fue "años '50". Y así me lookeé para la ocasión. Como el convite era en una quinta muy petitera, a la entrada nos daban a las mujeres una sombrillita china para cubrirnos del sol durante el oficio, así que el conjunto quedó todavía más top.
La novia estaba preciosa, la música fue genial, y la cantidad y calidad de la comida le pasó el trapo a cualquier banquete findeañero de los que nos honraron en los días previos y subsiguientes. De entrada, mesa de fiambres, pata de jamón, pancitos saborizados, saladitos y empanaditas varias. Siguió el carro de achuras, al que los presentes nos lanzamos como moscas a la miel, dejando de lado la paquetería y cualquier tipo de mesura. Una vez a la mesa, asado (chori, morci, hueso, carne, pollo) con ensalada, y helado con ensalada de frutas de postre. Para cuando abrieron la mesa dulce un par de horas después, no nos cabía un alfiler. Pese a lo cual logramos acomodar un par de porciones más.
Fin de Año lo pasamos en Carlos Keen, tranqui, comiendo asado y haciendo huevo. El 1º vinieron mis suegros y pasearon -paseamos- por el campo bonaerense.
Nuestro previsto shopping spree sudaca se vio mancillado por la apabullante suba de precios que experimentó cuasi todo en el último año: muchas cosas las pagábamos a precio de euros. Igual cayeron algunos libros, cd's y, yo, un par de zapatos y un pantalón, artículos que se me dificulta encontrar en este país de mujeres altas, grandotas y sin culo. Cenicienta debía vivir acá, donde nadie calza un 35.
El viaje de vuelta fue bastante mejor que el de ida. Primero porque logré dormir casi cinco horas en el avión, pero también porque la comida fue bastante mejor que a la ida: pollito con salsita de morrones y arroz, quesito, ensaladita, pan decente y tortita de manzana. El desayuno volvió a ser WTF, sin pan ni untables, pero no tenía mucho hambre tampoco. Llegamos a Frankfurt justo a tiempo para agarrar el rápido a Stuttgart, ahí almorzamos y seguimos para Crailsheim. Fin del viaje.
~ Recuerde: Haciendo clic sobre las fotos, se agrandan! ~
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Tus cambios de looks para las ocasiones especiales son espectaculares: ESTAS GUAPISIMA!!!!! Me alegra que hayas vuelto: no te vayas tanto del mundo blog!
ResponderBorrarRecien me pongo al dia con estos comentarios del viaje. Un gusto volver a leerte.
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