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16.3.08

Siamo a Venezia!

Ciao cari amici! Ayer llegamos a esta mìtica y bonita ciudad (scusate: compu con acentos lokos). Desembarcamos, en el sentido figurado, del tren nocturno en el que maldormimos para asì optimizar nuestro tiempo aquì. Comencemos por decir que acà es todo carìsimo, (anche internet, sepan disculpar el estilo telegrama) como en Suiza o Londres, pero en Euros, con lo cual por lo menos una es conciente de còmo la esquilman. Vicios y merchandising tìpicos de lugar con mucho turismo. Muero por las Legaterie, llenas de papelitos y otras mandangas escribicioniles. Las màscaras ni me van ni me vienen, aunque hay que reconocer que algunas tienen un trabajo exquisito. La habitaciòn del hotel, que conseguimos milagrosamente cerca de Piazza San Marco, es diminuta pero muy monona, en estilo veneciano, con paredes tapizadas, cortinas con borlas y un armario laqueado, hiper coqueto. Ayer dimos varias vueltas por la ciudad, hicimos Piazza San Marco, Palacio Ducal, muy bueno. Destaca la parte de la prisiòn, a la q se accede por el puente de los suspiros. La Basìlica de S. Marco, en puro estilo bizantino, con unos mosaicos en el piso que reìte de los de las cùpulas. Museo Correr, en el extremo opuesto de la Piazza, lindo. Colecciòn Peggy Guggenheim, excelente, todos nuestros amigos modernosos estàn ahì. En el jardìn de la residencia Guggenheim està enterrada Peggy herself, junto a sus perritos. No es tierno? Hoy nos compramos un pase diario de Vaporetti (las lanchas colectivo) y lo hicimos rendir a full. Nos fuimos a Burano, isla de casitas de colores donde se produce un delicado encaje de aguja. El Museo del Merletto estaba cerrado, pero en una de la tantas tiendas de souvenires pude ver una señora haciendo una labor, tarea harto complicada segùn me explicaron. El diseño se monta sobre papeles y lo trabajan hasta siete personas diferentes, cada una especializada en uno de los siete puntos de los que se compone el encaje de Burano. De allì nos fuimos a Murano, para horror de Nachito que le embolan sobremanera los vidriecitos de colores y la aficiòn que servidora siente por colgarse a mirar vidrieras llenas de vidriecitos de colores. En el Museo del Vidrio hay piezas desde el S.I hasta el presente, y diagramas expricando còmo se trabaja y se obtiene cada tipo de vidrio. Me compré unos aritos. De vuelta en Venecia fuimos al Museo Ca'Pesaro, con una colecciòn de arte moderno muy interesante, y luego a Ca'Rezzonico, cuya pinacoteca no es tan linda (Ss. 18 y 19 mayormente, mucho arte religioso) pero en cambio en la primera planta se aprecia còmo vivìan las familias patricias (léase: cuànta guita tenìan!). En el medio compramos sànguches que nos comimos en el vapporeto, pues si no es de parado no se puede comer de lo caro que es todo. Asì que de momento, de gastronomia veneciana niente. Las fotos seràn de vuelta en casa, ya que no trajimos el lector de tarjetas (el cable de la càmara quedò olvidado en Valencia).

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