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6.12.07

Mi Vida es un Bricolage Glamoroso de Entrecasa- Xmas edition!

Tenia pensado hacer un post titulado Mi Vida es un Bricolage para mostrarles qué linda me quedó la cajoneramesarratona que juntáramos de la basura allá lejos y hace tiempo y la cual restauré ahora al mudarnos. Pero dado que se acercan las fiestas me guardaré la historia de la cajoneramesarratona para más adelante, ya que quisiera ocuparme de un tema crucial en estas fechas: los envoltorios para regalo. El envolvimiento para regalo es un tema que desde chica caló hondo en mí. Me producía una sensación extraña el espantoso contraste entre los regalos de la tele y los de la vida real. En la tele, sobretodo en las series yanquis, el regalo tenía siempre papeles hermosos, moños voluminosos -y simétricos- y cintas con caída glamorosa, así fuera un detallito. En la Argentina de los 80's, así compraras el barco pirata de Playmobil, te lo envolvían en un papel de calidad similar al de la fiambrería de la esquina, con una impresión offset de colores fuertes pero opacos cuyas tintas rara vez coincidían, lo empastichaban de cinta scotch y le ponían un moñito -lo único que se salvaba- que con suerte, combinaba en color con el papel; normalmente, se camuflaba en los muchos colorines del papel; y en el peor de los casos ni pegaba ni se camuflaba y te quedaba por ej. un envoltorio en tonos de marrón caca con un moño celeste. O peor, fucsia. Este atentado visual a mi fina sensibilidad estética determinó que, a partir del momento en que comencé a hacer regalos por mi cuenta, me preocupara sobre todo por que el envoltorio nunca estuviera por debajo de "hermoso". La comida no es lo único que entra por los ojos. Y la Navidad es la época ideal para envolver muchos regalitos. A mí siempre me gustó envolverlos personalmente, todos igualitos o distintos pero combinados: el efecto bajo el árbol es espléndido... (Nota: Como Papá Noel sólo le trae regalos a los niños, los grandes si queremos regalos nos los tenemos que comprar entre nosotros). Así que hoy vamos a hacer una hermosa borlita dorada. 1. Materiales: lameta (de esas q son como los pelos de Morticia), hilo o cordoncito del mismo color q la lameta, tijera, cinta scotch, regalo. 2. Agarramos unos cuantos hilos de la lameta (un "mechoncito") y lo atamos al medio con un hilo por lo menos del mismo largo que las lametas. 3. Los cabitos que queden no hay q perderlos de vista, los vamos a usar después. 4. Juntamos las dos mitades del "mechoncito" y las atamos fuerte con otro cachito de hilo. 5. Abrimos el atadito como una palmera... 6. ...Y volvemos a juntar las lametas, *atándolas con los cabitos del hilo del primer nudo* (de esa forma no se sale el nudo para afuera). Este es el paso más difícil, pero con un poco de practica se domina... 7. Ahora agarramos unas cuantas lametas adicionales y las atamos a la borlita con el mismo hilo con que rematamos la borlita. 8. Pegamos la borlita al regalo con un rulito de cinta scotch (o un cuadrito de cinta doble faz). 9. Los flecos de la lameta adicional los pegamos del lado de atrás del regalo y recortamos lo q sobra. Damos vuelta y ¡charán! Ya está el regalito.

1 comentario:

  1. Queda más que hermoso. Medio me perdí con la doble atadura de la borla. Nunca había escuchado eso de la lameta, o piolín dorado. Me consta tu gusto por los regalitos bien envueltos. A mí también, pero sin tanto fanatismo, y además llegando la Navidad, nunca me da el tiempo para esmerarme tanto.

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