16.8.06
BeNeTour III: Brugge (Brujas)
Parte II: Gent (Gante)
Parte I: Bruxelles (Bruselas)
Tras 20 minutillos de tren llegamos a la escala más bonita de todo nuestro periplo: Brujas, el lugar más Europa-Europa que se puedan imaginar. De la estación fuimos caminando al hotel, atravesando un parque muy bonito y ya metiéndonos de lleno en la ciudad vieja. Lo genial es que aún fuera del centro, las casas nuevas se hacen respetando a full el estilo antiguo, con lo que hay algunas que no sabés si tienen diez años o cien. Arrancamos el city tour en la Atalaya, no, no me estoy repitiendo, Brujas también tiene su atalaya. la principal diferencia con la de Gent es que en ésta no había ascensor, por lo que tocó subir los 366 escalones hasta la cima. A cambio, se veía mucho mejor la estructura del reloj-carrillón. El de Brujas tiene "sólo" 47 campanas. Arriba de todo una está propiamente bajo el carrillón... impresionante cuanto tocó el cuarto de hora! El sonido de las campanas, ensordecedor sin ser molesto, y veías cómo los martillitos las golpeaban, una pasada.
Seguimos por una cuadra cortita hasta el Burg (que vendria a ser la plaça de la vila) y entramos en la parroquia de San Basilio, una maravilla en estilo románico puro y duro. Sobre esta parroquia se encuentra la Basílica de la Santa Sangre, donde se guarda una ampolla con supuesta sangre de Cristo que se coagula y descoagula mágicamente... :S Perdón Jesús si es tu sangre, pero yo no pago 1,50 para entrar ahí.
Pasamos por debajo de un puentecito refifí que es en realidad la parte de arriba d ela municipalidad y salimos de lleno a los canales; cruzamos a una plaza diviiina donde había artistas locales y fuimos bordeando el canal, entramos a unos jardines divinos, súper románticos. Salimos a la iglesia de Nuestra Señora, donde me entretuve un rato largo porque además de ser preciosa una se siente súper a gusto ahí dentro; muy buena vibra. Continuamos calle abajo, obvio la cantidad de negocios de souvenires, chocolates, encajes y gobelinos que pasamos para no aburrir. Dimos una vuelta al Minnewater Park que es precioso, además los canales están llenos de patitos, así que ahí estaba la boluda (yo) exclamando "¡patito!" cada vez que me cruzaba con una de estas anátidas.
Salimos al Begijnhof. Citando el mapa de www.use-it.be, "El feminismo en Flandes nació alrededor del año 1200". Resulta que las minas que habían quedado viudas o abandonadas por sus maridos que se habían ido a las cruzadas y tal, se organizaron en comunidades independientes por todo Flandes. Sin ser necesariamente monjas, cada cual tenía su vivienda individual dentro de la "vecindad" y hacían voto de castidad y obediencia, pero no de pobreza (ningunas boludas). Se las conocía como Beatas, y las comunidades beaterios. En 1998 la Unesco declaró todos los beaterios de Flandes Patrimonio de la Humanidad. El de Brujas está en medio de un jardín arbolado divino que en primavera se llena de narcisos. Cruzamos por otro puentecito divino y volvimos hacia la catedral de San Salvador, frente a la cual, siguiendo los consejos del Use-it (sí, nos salvó totalmente), conseguimos almorzar barato. Comimos fideos en vaso de plástico cual si fuera cucurucho de papas fritas, 2,70 por cabeza. Nacho a la Bolognesa y yo con salsa de la casa, que era una bolognesa con alguna que otra especia adicional.
A la tarde dimos otra vueklta por la city, esta vez hacia el Noreste, vimos unas cuantas iglesias y edificios lindos y visitamos el Kantcentrum: el centro del encaje. Funciona en una propiedad donde hay una iglesia muy loka que se hizo construir un tano en el siglo 15 a semejanza, se supone, de la del Santo Sepulcro en Jerusalem. Luego está el museo del encaje en una casita chorizo; es chiquito pero hay unos trabajos impresionantes. Finalmente está el taller donde la gente aprende bolillos. Usan el almohadón tipo torta, que ponen horizontal a la altura de las rodillas, y los bolillos los cruzan sobre el almohadón, no los agarran con la manos para cruzarlos (acá con el almohadón largo y a 60º lo he visto hacer de las dos maneras). Ya al salir del Kantcentrum estaba medio choto y al llegar a los molinos que hay junto al canal exterior se puso a lloviznar. Siguiendo los consejos de nuestro mapa amigo, evitamos las chocolaterías caras y compramos chocolate Belga en el súper, como hacen los belgas. A la noche-cita, pues como todos cenan retemprano a nosotros no nos quedaba mucha opción que adelantar la hora de la cena también, fuimos a otra sucursal del lugar donde comimos al mediodía, Pasta Presto, que está junto al Markt (la plaza principal) y donde además de para llevar es restaurant. comimos sopa de tomate de primero, después Nacho tallarines a l'arrabiatta y yo canelones. Luego en el hotel nos hicimos un cafecito mientras yo perseguía a Chloe, la perra de la casa que como puede verse en la foto es mú pero mú mala.
Al día siguiente nos dedicamos a visitar todos los museos que la víspera por ser lunes estaban cerrados. El Groeninge, del cual todas las guías hacían mucha bambolla, nos desilusionó bastante, ya que de primitivos flamencos tenía poco y nada. Sí, arquitectónicamente lo han reformado muy bonito, pero fuimos a ver los cuadros, no las venecitas del piso. Más interesante fue el Gruuthuse, antigua casa señorial devenida museo de arte decorativo uusos y costumbres locales. Variadito, y la casa preciosa. Lo más insólito es la capilla. Si bien antiguamente no era extraño que las familias bien tuvieran su lugarcito de oración, lo que distingue a esta capilla es que la parte del fondo es un balcón acristalado que da directo al coro de la Iglesia de Nuestra Señora; de esa manera los señores de la casa podían asistir a la misa sin moverse de su hogar. ¡Buenísimo! Precisamente a la iglesia de Nuestra Señora nos dirijimos a continuación, pues el presbiterio de la misma es museo, y hay tumbas medievales con frescos pintados. También está en una de las naves laterales la Madonna con el Niño, una de las pocas esculturas de Miguel Ángel fuera de Italia. De ahí fuimos al ayuntamiento, donde vimos la sala Gótica, (en realidad neo, porque se reconstruyó de la nada en el siglo 19) y luego la sala barroca, con una chimenea y un techo trabajado en madera pero que te cagas. El almuerzo lo hicimos en un restaurant discreto medio alejado del centro donde comimos comida de verdad por pocos euros, el plato del día eran albóndigas con una salsita de champiñones y puré de papa, y de postre mousse de chocolate casera, deliciosa. A estas alturas seguro ya se imaginan de qué mapa sacamos el dato. Para la cena, en cambio, nos compramos comida hecha en un take-away frente al Pasta Presto, que lamentablemente ese día tenían cerrado. Comimos curry de pollo. También siendo que era nuestra cuasi-última parada en Bélgica hicimos algo de shopping, no mucho: imancito para la heladera, y yo no pude estarme de comprarme un tapete de encaje de Brujas de verdad. También me compré un par de bolillos antiguos (son diferente modelo que los que se usan acá). Y por supuesto a la tarde hicimos el paseo en bote de rigor. Brujas es hermosa, no se cansa una de admirar cada casa, incluso las más "chotas" que no son tal, se ve que hay biyuya pero el ambiente es super acogedor, romántico y Europa-Europa.
Al día siguiente nos levantamos lo más temprano posible para enganchar el desayuno ni bien lo sirvieran y poder seguir hacia nuestra...
Propera parada: Amsterdam - Via Amberes
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Parece que Brujas cubriría la expectativa que le tengo. La foto de la casita en el canal es divinísima (aunque tal vez sea un tanto húmeda para vivir). Eso sí, por lo único que no hubiera querido acompañarlos es por no escuchar tus PATITO! en cada vuelta de los canales. Es para tener en cuenta la guía esa para jóvenes, si han probado que los consejos son buenos, sobre todo en cuanto a comidas baratas y buenas. Están muy lindas todas las fotos.
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