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3.5.06

Y seguimos de joda!

Pues el finde q pasó, q fue largo x el 1º de mayo, nos fuimos de mochileros al Cadí-Moixeró. El viernes a la tardecita después de trabajar, tomamos el micro hasta Guardiola de Berguedà, "el pueblo más cerca". Nos quedamos esa noche en un hotel bueno bonito y barato, pero muy bonito! Cenamos muy riquito (también es restaurant) y al día siguiente partimos en remís (supuestamente taxi... pero de pueblo, o sea, llamás al sr. a su casa y te lleva con el coche y cobra por kilómetro. Eso en mi país se llama remís!) hasta el pueblo de al lado, Bagá, de donde sale el GR (sendero de gran recorrido) hasta el refugio. El pueblo podría bien llamarse villa lila, a juzgar por la enorma cantidad de estas flores que poblaban jardines, setos y baldíos del lugar. Previo paso por el centro de información del Parc Natural Cadí-Moixeró, emprendimos the long and winding road. El camino, precioso. Una vez dejada atrás la carretera que sube hasta El Paller de Baix, (Por supuesto que existe un Paller de Dalt. És un prado de pastoreo con un caserón en ruinas, lleno de ortigas q parecen acelgas del tamaño q tienen) seguimos a través de un sendero. Atravesamos bosques de pinos, de hayas, pendientes rocosas, torrentes secos, paredes de piedra... Toda esa belleza contriobuyó un poco a aliviar la fatiga producida por el camino largo y empinado. A 3/4 de camino, más o menos, paramos a almorzar. Comimos pa de pagés con un fuet que corté con mi vitorinox usando una piedra chata de tabla ¡Tiemblan los bromatólogos! Casi 6 horas después de salir (yo paré a descansar muchas veces) llegamos al refugio Rebost. Ahí supe que habíamos escalado un total de casi 1000 metros, de los 770 del pueblo a los 1740 del punto más alto del camino, el Cap de la Devesa, de donde bajamos hasta los 1640 del refugio. El guarda tenía un border collie, precioso, más bueno que Lassie (charán!), que respondía al onomatopéyico nombre de Buf. A los cinco minutos de estar nosotros allí ya nos estaba trayendo El Palito para que se lo arrojáramos y él lo fuera a buscar, esquema que por supuesto se repitió hasta el hartazgo en los menos de dos días que nos quedamos. A la noche, aprovechando q en el refugio hay cocina q por unas monedas ud. puede usar, hicimos fideos, a los q les echamos una lata de atún en aceite de oliva y unos cubitos de chorizo vela (colorado): quedaron buenísimos. El dormitorio del refugio es muy grande, para 52 personas. Hay unas megacuchetas con megacolchones, en tres niveles. Como había poca gente y las cuchetas estaban cuasi vacías, aprovechamos para dormir atravesados, para solaz de la longitud de Mi Amado Esposo. Dormí como un angelito. Tendría q convertirme en trotamundos, en ningún lado duermo mejor q cuando estoy de campamento (o casi, como en este caso), encapsulada en la bolsa de dormir, sin almohada, vaya uno a saber sobre qué terreno. Al otro día, nos levantamos tempranito y nos fuimos a pasear. Subimos por un caminito boscoso desde donde tuvimos la gran fortuna de ver un par de rebecos (cabras salvajes). Más tarde vimos un par más, todos de lejos y ninguna foto decente. En los lugares más sombríos de la montaña había todavía parches de nieve. Al cabo de un rato llegamos a un prado con una fuente rebosante de agua helada y deliciosa, florcitas lilas creciendo entre el pasto, y un caminito que lleva a un mirador im-pre-sio-nan-te, al borde de un precipicio interminable desde donde se domina toda la sierra. Seguimos un trecho más, encontramos un torrente de agua de deshielo. Aún tenía parches de nieve y algunos carámbanos. Me di el gusto de comer un par. A todo esto ya estábamos a +2000 metros de altura. La verdad, además de q a esa altitud el paisaje se empieza a poner bastante más aburrido, con más piedra q plantitas, el oxígeno me empezaba a escasear, las patitas a flaquear, y pegamos la vuelta al refugio, con parada en mediopara comer garbanzos de lata y salchichitas de lata. Buena decisión, pues enseguida la tarde se puso medio chota, así q nos quedamos adentro jugando al Trivial Pursuit. A la noche de nuevo tocaron fideos, esta vez con ensaladitas de legumbres enlatadas. Al amanecer del lunes feriado, juntamos todo para emprender la vuelta. Un consejo si alguna vez visitan el Rebost: no pidan café. El peor del año. La vuelta nos llevó apenas poco menos de tres horas, pues claro, íbamos de bajada. Claro q lo q no gané en cansancio lo compensé con peso-de-mochila-rebotando-en-piernas, con lo q hasta ayer me dolían una barbaridad. Y eso.

2 comentarios:

  1. Lindo, lindo, lindo. Todo muy naturalista y ecológico. Aprovechen lo más que puedan para ese tipo de paseos (y para cualquier otro, claro). Besis Silvi

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  2. Y las fotos donde estan ?.para que podamos pasear nosotros,los sudacas tambien.Elena

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