Tengo pensado continuar con esta sección hasta Navidad. Después, no digo que desaparecerá, pero ya no saldrá con la regularidad que lo viene haciendo. Buscando un dibujo en particular -que no encontré, dicho sea de paso- di con un par de dibujos de cuando era muy, muy, muy pequeña. No me van a negar que hay cosas peores colgadas en museos supuestamente serios. Ambos los dos están dibujados con fibra sobre un papel de calidad más que dudosa y, a estas alturas, más amarronado que un sobre de papel kraft. Años de secretariado permitieron que mi madre rotulara cuidadosamente las obras aquí reproducidas, lo cual nos permite catalogarlas
accordingly.
Retrato de Facundo. Hecho a los 21 meses de edad.
Facundo era un amiguito, hijo mayor del socio de mi papá. Aunque era 5 ó 6 años más grande que yo, nunca me trataba como la nena chiquita que molesta.
Ballena. Hecha a los 2 años y 2 días.
Se ve que ya era nerd de chiquita, porque ¿cuántas criaturas de 2 años saben siquiera qué es una ballena?
Retrato de Facundo. Hecho a los 21 meses de edad.
Facundo era un amiguito, hijo mayor del socio de mi papá. Aunque era 5 ó 6 años más grande que yo, nunca me trataba como la nena chiquita que molesta.
Ballena. Hecha a los 2 años y 2 días.
Se ve que ya era nerd de chiquita, porque ¿cuántas criaturas de 2 años saben siquiera qué es una ballena?
La verdad que la ballena, dibujada a los dos años y dos días (vaya precisión), es un primor y realmente propio de una niñita nerd. Tu amiguito Facundo fue menos afortunado, tres meses antes claro. Y es bien cierto que hay cosas semejantes o peores en lugares más que serios. Viva el arte infantil
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