19.3.07
Zürich
¡Con los comentarios Gastronómicos que a Silvi le gustan!
Este fin de semana que acaba de terminar alquilamos un auto con el quinteto de la muerte -nosotros, Barbara, Emrah y Elena, que manejó- y nos fuimos a Zürich. Llegamos allí el viernes a la noche, para poder aprovechar mejor el finde. En el viaje, como corresponde, mate, acompañado en la ocasión de alfajorcitos de maizena y compilaciones de música argentina. Luego de una improvisada y por ende deliciosa cena en lo de un amigo de Bárbara, nos fuimos a tomar algo por ahí. Se sumó también un amigo noruego de Elena que está en la ciudad haciendo el doctorado.
Nos alojamos -salvo Barbara q durmió en lo de su amigo- en el albergue juvenil, que está muy bien y aunque está alejado del centro no importa pq teníamos auto. Al día siguiente luego de un delicioso y opíparo desayuno buffet que incluyó café con leche, capuccino, pan, jamón cocido, queso brie (yum!) cereales, yogur, mermeladas, nos dedicamos al city tour por la parte antigua. Vimos la Frauenmünster y la Großmünster, esta última con unos muy lindos vitrales de Marc Chagall. desde la torre se ve una bonita panorámica de la ciudad y en la cripta hay una estatua de Carlomagno que parece Papá Pitufo.
Suiza, unsurprisingly, es cara, muy cara. Con esto in mente decidimos comprar sanguchitos y bebida en el supermercado y almorzar onda picnic a la vera del lago. Aún así gastamos en promedio 7 Euros por persona. Así de caro. Lo bueno fue que le dí cachitos de pan a los cisnes que por allí pululaban. ¡Nuri en su salsa! Los cisnes son muy grandes, como patos que tomaron anabólicos. Y aprovechándose de su tamaño sacaban carpiendo a los otros patos que se acercaban a pedir comida. Ya comidos nos dedicamos a pasear un poco más, por la orilla del lago hay un paseo muy bonito. A mediatarde nos rendimos al encanto Europa Europa y tomamos el té en la terraza de una confiteria junto a la Banhofstraße, que es la más biyuyesca de Zürich. De ahí seguimos paseando, esta vez hacia el distrito industrial que en los últimos años ha generado una corriente alternativa con lugares "lokos". En uno de ellos, un antiguo galpón devenido restaurant trendy, con comedor grande de mesas antiguas y sillas desparejas, cenamos. Elena y Barbara comieron ensalada, Emrah y Benoit se llenaron de mejillones hasta decir basta, Nacho comió una carne con una salsita muy rica y papines de guarnición y yo me decanté por unos ravioles tricolores de verdura que venían con un salteadito de espinaca, champignones y piñones. Todo carísimo, por supuesto. Por último fuimos a un pub bailable donde por suerte las bebidas estaban a un precio decente.
El domingo nos levantamos con el tiempo justo para atacar el desayuno antes de que lo quitaran y dejamos el cuarto. Nos encontramos con el resto de la gente y fuimos al museo de arte. Éste es bastante grande y tiene una muy buena colección, sobre todo la parte moderna, que tiene una proporción bastante discreta de ladris. Al salir fuimos a comer a una pizzeria, el servicio fue bastante malo pero al menos la pizza -carísima por supuesto- estaba muuuuy buena. La mía tenía ceps (hmm!). Dimos una última vuelta por los alrededores y como para terminar por todo lo alto nos fuimos a tomar chocolate a Sprüngli, una de las confiterías más top de Suiza. Por motivos de presupuesto no compramos nada más que los chocolates que tomamos, pero daban ganas de llevarse todooooo...
Y ahora SUFRAN:
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Qué bien que lo pasaron!! Es lindo ir así en grupo, da más para el jolgorio. La Sprüngli parace fantástica, entré en la página. El servicio, súper elegante, como una se lo merece. Me alegra que lo hayan disfrutado. Silvi
ResponderBorrarNuri intenté hacerte un comentario hace unas horas y no quedó publicado. Ahi va de nuevo. Es una suerte que puedan disfrutar tantas cosas ricas (esa es mi alma de gorda). En Keen nos deleitamos con comiditas más sencillas, como ranas al ajillo, choclos robados de un campo vecino y de tanto en tanto un budín de nuez, con las nueces que nos regala el Gaucho mimoso, ya que tiene un nogal en su casa.
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