Páginas

5.12.10

Melancolicoso: Melancoliterario (2)

A diferencia de los libros-tesoro del domingo pasado, los de hoy ya fueron míos desde el vamos.

Heidi


¡Si me conocen mínimamente era obvio que no podía faltar!  Pero no se trata de la novela de Johanna Spyri, sino de la historietización de la serie animada. Piensen que me la compraban en el pasaje.
Si me la habrán leído hasta el cansancio... (del que lee, claro, de la nena no). La revista salía cada quince días y constaba de 26 números, cada uno con un titulito ad hoc. Los dibujos de tapa eran bastante pedorros. En la pág. 3 la portada, siempre igual, con Heidi en el medio y los otros personajes rodeándola, así como un resumen del número en cuestión. En la última página siempre había un adelanto del siguiente número (en rigor, una página al azar, nada de "componer" un trailer), excepto en dos números en los que vinieron sendas letras de Abuelito Dime Tú y de Oye, y del último, claro, que pusieron un dibujo de las montañas. La contratapa un dibujo de Heidi con un cuadrito donde decía el título del próximo número (salvo el último que en lugar de "en el próximo número" dice en "este"). Y las retiraciones de tapa y contratapa también eran siempre iguales: en la segunda el anuncio de la revista Disneylandia, con un dibujo de Christopher Robin y Winnie Pooh; en la primera el anuncio de la revistita Las Aventuras de Heidi, que salía semanalmente y eran una especie de fanfic oficial donde Heidi hacía distintas cosas pero no era parte de la historia.



Palabras Mías
Fue mi libro de lectura de 3º grado. Tiene textos de José Martí, Horacio Quiroga, Ma. Elena Walsh y Antonio Machado, entre otros, así como de la autora, Zulema Vilar de López Garré (¡toma nombre!), que también lo ilustra. Los dibujos están buenos, algunos mezclan ilustraciones con fotos y otros tienen partes en blanco para que los niñitos los pintáramos a piacere. Tiene algunas poesías muy lindas, anécdotas históricas, cuentos del campo argentino y de autores latinoamericanos. Mi preferido es La Muñeca Negra, de Martí.

Manual de la Naturaleza

Este me lo regaló creo que mi papá cuando tuve varicela (me regalaron muchas cosas con la varicela y con la rubeola... valía la pena enfermarse!). ¡Todo un hallazgo! El librito, con dibujitos de Disney, está lleno de datos y curiosidades sobre plantas. También tiene algunas recetitas y manualidades, varias de las cuales probé en su momento, evidentemente. Algunos datos no son muy comprobables, otros no son muy exactos, y hay varios nombres de plantas con traducciones raras - incluso en algún artículo se hace mención a ciertas plantas sin indicar el nombre, pero en esa época yo me creía una erudita en botánica por haberme leído el librito del derecho y del revés.

Juan Ferrándiz

Todavía conservo una decena de libritos de Juan Ferrándiz. El plato fuerte de los cuentitos son los dibujos maravillosos del autor. Me fascinaban sus postales navideñas, tan inocentes, lindas, muchas veces rompedoras sin renunciar a la dulzura. Ferrándiz, como Mercè Llimona, como Sarah Kay, es un precursor de la Cuteology. Los libritos son de edición barateli, troquelados con la forma del protagonista, a veces en verso, y siempre tienen una moraleja.
-El Urbano Ramón enseña, a través del sueño de un niño, a respetar las normas de tránsito. La ciudad imaginaria que vigila Ramón está habitada por juguetes.
-Perico el Barrendero me encanta, el pobre Perico trabaja a destajo y la gente siempre ensucia... entonces los angelitos vienen en su ayuda, y hacen que cuando la gente tira basura en la calle, se les pegue al culo como un imán. La gente aprovecha y revolea la basura de noche, entonces Perico va, la reparte en canastos, llama casa por casa y les vacía el canasto de basura en el recibidor. Los angelitos vuelven a ayudarlo, esta vez a la noche cuando todos duermen, y barren los corazones de la gente para que no ensucien más.
-De chica, Mariuca la Castañera no me gustaba, un poco por el nombre de la pobre chica que me parecía y me sigue pareciendo horrible y un poco, tal vez, por lo ajeno que me era el tema de las castañas (que en Buenos Aires no hay). Ahora de grande es uno de mis preferidos. Mariuca es huérfana y vende castañas. Un día se apiada de los nenes pobres y les da castañas, entonces la señora que la tiene de entenada la caga a pedos por regalar la mercadería. Al otro día Mariuca pone voluntad pero se le parte el alma de ver a los chiquitos con hambre y vuelve a regalarles las castañas. Después por miedo no vuelve a casa. A la noche los angelitos -¡otra vez ellos!- se compadecen y cuando Mariuca se despierta se encuentra el fogón a reventar de castañas, y ve que aunque venda y regale no se le acaban nunca. A todo esto doña Paca la va a buscar toda compungida por haberse pasado de rosca con ella y terminan las dos atendiendo un regio puesto de castañas.

-El ángel de la Lluvia acude en auxilio de las plantas de una nena que no las riega nunca y las pobres se están muriendo de sed. Chiquito como un duendecito, reduce a la nena (y al gato) a su tamaño y la pasea por el jardín para que vea el estado en que están las pobres flores, antropomórficas, con caritas en el tálamo. Por supuesto, la nena se compadece y se compromete a regarlas y a cuidarlas más. Me fascinaban las flores con caritas y la nube-ducha de tres grifos que el Ángel envía para darle la primera regada al jardín.
- Núria la Pastora fue uno de los primeritos que tuve. Me encantaba por razonas obvias: la nena se llamaba como yo y que era pastora, ¡como Heidi! Este es el único de los que tengo que no tiene moraleja. Núria sube con el rebaño como todos los días, la agarra una tormenta de nieve otoñal y no vuelve, su hermano Pío la va a buscar con un grupete de amigos y descubren que la tienen raptada en una cueva. Ahuyentan al malhechor y la rescatan sana y salva.
-Pío Repío es el hermano de Núria. Le encantan los pajaritos, pero los chicos del pueblo, principalmente el hijo del alcalde, prefieren "divertirse" matándolos. Entonces Pío, con ayuda de su gallo, hace que todos los pájaros abandonen el pueblo. Como consecuencia, los insectos campan a sus anchas, arruinan cosechas y pican a todo el mundo. Así que el alcalde le pide a Pío que haga volver a los pájaros y se compromete a que nadie más en el pueblo les haga daño. Son geniales los dibujos de la gente toda picada, con ronchas que parecen forúnculos, ojos hinchados, los mosquitos atacando en formación militar...
-Minus y las Ratitas no es la gran cosa, pero el Cuteness Factor de los dibujitos es excelso. Un buen día los gatos y ratones de la masia donde vive Minus se reúnen en asamblea y deciden no hacerse más la guerra. De ahí y hasta el final del cuento se enumeran todas las rocambolescas actividades que gatos y ratones, ahora que son amigos, hacen juntos, ilustradas de un modo casi rococó.
-En Ana la Barquera, la protagonista tiene que llevar al otro lado del río al hijo no reconocido de Pitufo Filósofo y Sheldon Cooper. En medio de las disertaciones de Octavio, que así se llama el pelma, intercaladas con comentarios desdeñosos hacia la gente de pueblo como ella, el bote se tumba y ahí resulta que el pasajero no sabe nadar. Ana lo salva, y él se queda ya más aplacadito y no vuelve a hacerse el canchero.
-En cuanto a Miedito el Buen Fantasmito hay que reconocer que el título es mundial. El avaro dueño del castillo donde habita Miedito lo obliga a asustar a la gente del pueblo. Una noche el hombre no tiene más remedio que alojar a un huerfanito vagabundo que no encontró refugio en otro lado, y lo arroja a la mazmorra. Miedito entonces ayuda al niño a darle un buen susto al avaro, que se arrepiente de su mezquindad y transforma el castillo en un hogar para huerfanitos que reíte del de Chiquititas.

Ronrón y Pato Verde

Estos dos libritos los tengo también desde que era muy chicquita en el pasaje. Como los dos están narrados en presente, el año pasado los usé en clase de español para ejercitar el paso a pretérito.
Amo Ronrón. Cuenta la historia de un gatito travieso que se escapa de donde juegan los hermanitos, se sube a un árbol escapándole a un perro y no sabe bajar. Al final su papá lo rescata y él vuelve todo mimosón a su canasto. Me encanta que el gatito tenga madre y padre y que ambos se ocupen de los hijitos, y me encanta que no hay malos en el cuento, el perro sólo quiere jugar con el gatito pero éste no entiende y se espanta. Tampoco hay moraleja explícita, y el lector puede imaginarse que Ronrón va a volver a hacer cagadas en cuanto se le haya pasado el susto. Se puede descargar Acá. Pato Verde en cambio no me gustaba de chica (y esto es evidente en lo garabateadas que están las páginas). Tal vez porque es un rip-off de El Patito Feo, cuento que jamás me gustó (y gracias al cual le tuve bronca a los cisnes hasta hace un par de años). Sin embargo lo considero mejor que el  de Andersen. El bicho raro de la camada no es un cisne, sino un pato salvaje. Los otros animales de la granja lo cargan, no por feo, sino por raro (es verde, tiene el pico grande, el cogote largo...), pero su mamá lo defiende y sus hermanitos lo aceptan bastante. Al final se va con los otros patos a pasar el invierno a otro lado y su familia se queda eserando su regreso.

3 comentarios:

  1. Absolutamente espectacular este panorama de las lecturas que abonaron tu niñez. Y lo más espectacular es que los sigas teniendo. Siempre tuve horror de las historias con moraleja, dan ganas de ser más malo simplemente por llevar la contra. Y muy gracioso que usaras uno de esos cuentitos históricos para un ejercicio de tu clase de castellano.

    ResponderBorrar
  2. Ay mi Heidi!!!!!!!!!!!!! Sin duda el libro que más me ha marcado!!!!!!!!! Cómo deseaba vivir en una casita en lo alto de un monte (quizá de ahí mi amor por las highlands escocesas...)...

    ResponderBorrar
  3. Adoraba el Palabras mías!!! Fue mi libro de 1er grado. Sigo recordando de memoria el poema del pajarito rojo. Eso y el preámbulo, que es más o menos todo lo que me queda de la primaria

    ResponderBorrar

Podéis decir las barbaridades que gustéis, pero con altura, por favor. Los insultos gratuitos, spam y semejantes serán borrados.